Nacida en Managua, en 1938, Mercedes Gordillo se define a sí misma como una “escritora tardía”, pues publicó su primer libro de cuentos –escritos cuando ya pasaba de los 40 años– en 1993. Realizó sus primeros estudios en Managua para luego cursar el bachillerato en el Notre Dame College, en Belmont, California. En 1974 fundó en su ciudad natal la Galería Tagüe, en la que lo mismo se daba cabida a exposiciones que a actividades culturales diversas, y donde se asumiría como una promotora y difusora de las artes visuales nicaragüenses. Simpatizante de la revolución sandinista, de la que más tarde tomaría distancia, fue consejera cultural de la embajada de Nicaragua en México entre 1980 y 1982. De 1983 a 1984 fungió como directora del Museo de Arte Contemporáneo Julio Cortázar, en Managua. Ese año, parte al exilio con su esposo, el pintor José Aróstegui, a la vecina Costa Rica, de donde volverían en 1990. Su primer libro, El cometa del fin del mundo y otros cuentos, mereció el Premio Nacional Rubén Darío 1993. Dos años después, publica Luna que se quiebra, volumen de relatos cortos inspirados en canciones del mexicano Agustín Lara. Es autora de Siete caracoles y un poemario (textos poéticos dedicados al cantautor cubano Silvio Rodríguez) y del libro de prosas poéticas Una mujer con sombrero (2000), que obtuvo una mención en el Premio Nacional Rubén Darío 2002. Ese año, aparecen el libro de memorias Vida y milagros y el volumen de relatos Una perfecta desconocida, publicado por la unam. Una amplia muestra de su obra se editó en 2010 bajo el título de Al menos cuentos / Al menos flores.
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