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Imagen autora
María Luisa Elío
Semblanza

En el ámbito literario de Hispanoamérica, el nombre de María Luisa Elío goza de cierta celebridad por ser una de los dos destinatarios de la dedicatoria de Cien años de soledad. Sin embargo, si hablamos de justicia literaria, su mayor prestigio tendría que venir de su breve obra literaria. Nacida en Pamplona, en 1926, en 1940, después de un enredado periplo por pueblos de España y Francia para escapar de las fuerzas fascistas al lado de su mamá y sus hermanas, abordó con ellas y su padre –con quien pudieron reunirse en territorio francés– el barco De Grasse, en el puerto de El Havre. En esa nave, la joven María Luisa llegaría a México. Al poco tiempo de su arribo a la capital mexicana, ingresó a estudiar actuación con el profesor y director teatral japonés Seki Sano. Con esa experiencia, pasado un tiempo, llegaría a formar parte del célebre grupo experimental Poesía en voz alta de la Casa del Lago. En los años 50, además de actuar en varias películas, publica sus primeros cuentos en “México en la Cultura” y la Revista de la Universidad. En aquel tiempo, tras contraer matrimonio con el poeta y director de cine Jomí García Ascot, con quien fue participante activa de la vida cultural del medio siglo, fue guionista y coprotagonista de En el balcón vacío, un filme amateur del exilio republicano español dirigido por el propio García Ascot. En su faceta literaria, fue autora de dos libros: Tiempo de llorar (1988), en el que relata el regreso a su ciudad natal acompañada de su hijo, 30 años después de su salida al exilio, y Cuaderno de apuntes en carne viva (1995), ambos reunidos en 2002 en España bajo el título de Tiempo de llorar y otros relatos. “Y ahora me doy cuenta que regresar es irse”, afirma con contundencia en la primera frase de Tiempo de llorar. Murió en la Ciudad de México, el 17 de julio de 2009.